El Museu Nacional
d’Art de Catalunya perfuma con sus fuentes la ciudad. De noche
comienza el espectáculo: las dos cascadas de agua crean un
espectáculo magnífico. Luces, agua… ¡y turistas! Personas de
todas las latitudes se agolpan en las faldas de la montaña para
tomar fotografías y aire fresco.
Dos terrazas-mirador,
además, se sitúan en lo alto del Palau Nacional. Desde ahí es
fácil gozar de una visión diferente de la ciudad. Barcelona se
muestra en panorámica y exhibe sus principales edificiones, su
skyline. Incluidas están la Sagrada Familia, la VIlla
Olímpica, la Torre Agbar...
La Terraza-Mirador, con
vistas a la Avenida de María Cristina, es una de esas apuestas.
Cuenta con un bar desde el que podrás disfrutar de la Fuente Mágica
de Montjuïc. La cafetería-bar abre de día y permite el acceso con
la entrada del museo o la que corresponde a Terrazas-Mirador. De
noche, en verano, hace lo propio los viernes y los sábados.
Pero el Museu o MNAC,
como también se le conoce, posee mucho más que aspecto, que magia
en su exterior. Al edificio de exquisita arquitectura, a los jardines
donde perderse y sus fuentes (dejemos a un lado la experiencia del
ascenso), se le une un contenido de calidad.
En su interior, el Museu
Nacional d’Art de Catalunya cuenta con una variedad de obras de
gran calidad. Todo, dividido según las temáticas que permiten
jerarquizarlo. Especialmente reseñables son las estancias dedicadas
al arte románico y al gótico catalán.
Una colección
impresionante. Ese sería un buen epíteto para describir la
colección del Museu Nacional d’Art de Catalunya en cuanto
al arte románico. El MNAC pone a disposición de su público una
recreación de la vida y la obra que daba movimiento a las iglesias
catalanas.
![fachada-museum Fachada de un museo con una escultura](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgf6nTb99H8qwsu8LiphbE4uGGYSH2Hi4tmKlImadhbR0xmfoQioYg62PXZ28iSNQDlS393W8lHl6RIBtp7S5zbYqMZMN07Ey9FX5Duf6y99WOxMXNjkeB6-itGC0e4xC0rT6m1pRNumgqQ/s320/monument-museum-1.jpg)
Fundamental para todo
amante del arte que se encuentre en Barcelona, es casi pecado no
pasar por el Museu Nacional d’Art de Catalunya para apreciar
el Cristo de la iglesia de Sant Climent de Taüll. El pantócrator
retratado resulta el mejor exponente de la pintura realizada en la
época.
El Cristo de Sant
Climent, situado dentro del marco de las iglesias de la Vall de Boí
y sus escuelas artísticas, data de principios del siglo XII. Muchos
de los maestros pintores de esta etapa se inspiraron en los de Taüll
para realizar sus obras.
El Museu Nacional
d’Art de Catalunya se inauguró en 1995. Empezó, justamente,
con la colección de arte románico. En 2004 concluyeron los
proyectos para adecuar el edificio a su condición de museo y todas
sus colecciones se abrieron, finalmente, a sus visitantes.
Aunque en algunas
ocasiones se ha debido cerrar la fuente para restauraciones, la
historia de la Fuente Mágica del Museu Nacional d’Art de
Catalunya es muy curiosa. La diseñó el ingeniero Carles Buïgas
y se integra dentro de los motivos a abrir la ciudad en la Exposición
Universal de 1929.
En un primer momento el
mecanismo de la fuente consistía en un combo de iluminación con
rayos de agua, todo sincronizado, por supuesto. En los 80 se le
añadió un fondo musical, abogando por una experiencia
multisensorial para visitantes y viandantes.
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